Historia del PROYECTO

El Museo Arqueológico y Paleontológico y Paleontológico de la Comunidad de Madrid ha sido el impulsor de la creación de un nuevo equipo de investigación interdisciplinar para intervenir en los yacimientos del Calvero de la Higuera, en Pinilla del Valle (Madrid).

Descubierto en 1979 el primero de los yacimientos, la Cueva del Camino, fue excavado entre 1980 hasta 1989 por un equipo de la Universidad Complutense dirigido por el paleontólogo F. Alférez.

En 2002 se crea un nuevo equipo, esta vez interdisciplinar, para trabajar en el Calvero de la Higuera. Dicho equipo está dirigido desde el  2006 hasta la actualidad por Juan Luis Arsuaga (UCM-Carlos III, MEH), Enrique Baquedano (MARPA, IDEA) y Alfredo Pérez-González.

Codirectores de los Yacimientos del Valle de los Neandertales. Juan Luis Arsuaga, Enrique Baquedano, Alfredo Pérez-González

Resultado de aquellas primeras intervenciones en la Cueva del Camino, es el descubrimiento de este enclave de gran interés paleontológico de unos 90.000 años de antigüedad. Además, entonces se descubrieron los dos primeros molares de Homo neanderthalensis. Fruto de los trabajos desarrollados por el equipo actual de investigación, es la constatación de que este yacimiento se trata de un cubil de hienas y no de un asentamiento humano.

El Abrigo de Navalmaíllo, por su parte, fue descubierto en 2002. A diferencia de la Cueva del Camino, éste se trata de un campamento de caza neandertales. Fechado en unos 70.000 años, conserva los restos de las actividades que grupos de homínidos realizaron aprovechando el abrigo de la roca. Aquí se conserva un interesante conjunto de industria lítica musteriense, principalmente realizada en cuarzo, que es el material más abundante en los alrededores, así como una rica asociación faunística producto del consumo de esos homínidos. Hay que destacar la preeminencia de especies de herbívoros sobre los carnívoros que están aquí representados anecdóticamente. En este yacimiento, y durante la campaña de 2023 también se ha recuperado una pieza dental neandertal.

La Cueva de la Buena Pinta, descubierta en 2003, al igual que ocurre con la Cueva del Camino fue usada como cubil de hienas durante el Pleistoceno. Estas introdujeron los restos faunísticos que muestran las marcas típicas de la actividad de carnívoros, así como abundantes coprolitos (heces fosilizadas) y restos de hienas inmaduras. Hay que destacar que en este yacimientos se han localizado, en el nivel 3, tres molares de la especie Homo neanderthalensis.

En el Abrigo del Ocelado, un pequeño resalte rocoso situado a escasos metros al Sur de la Cueva de la Buena Pinta, se recuperaron durante la campaña de 2006 escasos restos faunísticos, entre los cuales, destacan, una vez más, los de hiena, que permiten pensar en un pequeño cubil.

El año 2009, se descubrió otro gran complejo de galerías que se ha denominado Cueva Des-Cubierta. Hay que hacer especial mención a este yacimiento porque su  principal ocupación ha sido interpretada como un santuario de caza que confirma la capacidad simbólica de los Neandertales. Los restos tienen más de 40.000 años y se trata de un conjunto excepcional, sin parangón a nivel mundial, de cráneos de grandes herbívoros asociados alguno de los a pequeños fuegos.  Todos los cráneos de este Santuario de caza, entre los que destacan los de bisontes (Bison priscus), de los uros (Bos primigenius), de ciervos (Cervus elaphus) y dos de rinocerontes de la especie Stephanorhinus hemitoechus, fueron preparados por los Neandertales siguiendo un mismo patrón: quitándoles la mandíbula y el maxilar superior, consumiendo los sesos, y dejando la parte del cráneo con los cuernos o astas a modo de trofeo de caza. Lo más interesante es que esta misma actividad se mantuvo a lo largo de al menos varias generaciones lo que introduce el concepto de tradición cultural.

Este yacimiento, además contiene restos antropológicos infantiles de Homo neanderthalensis junto con industria musteriense y fauna.

El último yacimiento en ser descubierto en 2021 es el denominado como Cueva Chica. Se trata de una pequeña cavidad, al igual que el resto con los techos desplomados situada entre el Abrigo de Navalmaíllo y la Cueva de la Buena Pinta. Contiene restos de industria lítica característica de los primeros seres humanos modernos (Homo sapiens). Se encuentra en un estado inicial de investigación.